Nos despaRamamos

Señoras, señores: buenas tardes.

DespaRamos es un grupo de teatro comunitario que desde abril de 2004 se reúne todos los sábados por la tarde para recrear colectivamente historias del barrio, reales o no tanto. Historias contadas por sus propios protagonistas o transmitidas oralmente por otros vecinos.
En el Banco Credicoop de Ramos Mejía y en la Plaza Mitre comienzan los primeros encuentros y se afianza el grupo para luego transitar por otras instituciones amigas como la escuela Nº 23 y la escuela de Educación Estética Nº 1 que actualmente nos abren sus puertas.
Durante estos años organizamos fiestas y estrenamos la obra “Ramos... Hasta acá llegamos” presentándonos en distintos escenarios y participando en encuentros organizados por la Red Nacional de Teatro Comunitario junto con otros 30 grupos de todo el país.
Después de muchos esfuerzos, estamos presentando nuestra segunda creación colectiva: Ramos te lo cuenta... A partir de los '50. Una crónica donde intentamos seguir contando y cantando la vida de los vecinos de Ramos a través de la historia oral, la memoria y la identidad barrial y suburbana.
Lejos de pretensiones históricas o antropológicas, este espectáculo nace de nuestra voluntad como “vecinos-teatristas” para vincularnos con la comunidad a través del arte y desde el corazón.
Apostamos a la plaza y a las veredas como espacios de encuentro, de juego y de confianza. Por eso, renovamos la invitación a sumarse y acompañarnos en este sueño-proyecto que se hace al andar y del cual todos pueden ser protagonistas

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Nuestra primera obra estrenada a fines de 2004

Ramos…Hasta acá llegamos (sobre orígenes, mitos fundacionales y futuros promisorios)

Un viaje hasta el 1500 cuando la Pampa ya tenía el ombú pero no la vaca, el caballo y menos el español. 300 años después, el primer Ramos Mejía, Don Francisco Hermógenes, llegaba a estos pagos a tener cinco hijos con la mujer que trajo de Bolivia.

La leyenda cuenta que este mismo Francisco se hizo amigo de los indios y ahí nomás los quiso evangelizar por cuenta propia. Herejías, conflicto de poderes y arresto domiciliario. ¿Desapareció realmente el cuerpo de Don Francisco? Herencias con nombre de pueblo y sonidos de ferrocarril. Casas quintas con aromas de glicinas y elegancias aristocráticas. Siglo XX problemático y febril: lenguas recién llegadas y colectividades pujantes construyen ladrillos y nuevas identidades.

Década infame, crisis en el gobierno, hambre en el país. Mediodías de sirena y acordes textiles que arrullan el trabajo obrero. Corso de 1950, fiesta y mascarada, exceso e inversión en la gran fiesta popular. La historia se mezcla todo el tiempo con la leyenda; los indios se mezclan con los españoles, los inmigrantes con los criollos, las quintas de la oligarquía con los terrenitos de los loteos, los anarquistas con el pitucaje, el diablo -que en carnaval anda suelto- con una actriz del cine mudo… Y todo se mezcla con la imaginación de un grupo de vecinos que se reúnen a inventar su propia obra en una plaza. Vaya uno a saber lo que saldrá… Lo cierto es que queremos mostrárselo, vecino, no sea que usted se pierda de conocer algunos ríos de historias que corren bajo estas baldosas que hoy estamos pisando… Esas historias, y otras muchas que no llegamos a contar todavía, crecen por todos lados y se van llamando unas a otras en lo que parece un cuento de nunca acabar…